25 febrero 2015

Cuba libre

Resulta que hacía mucho frío en Madrid en enero del 2015 y decidimos hacer un viajito al caribe. Pensamos que para comprobar que los yankis aún no pueden viajar a cuba habría que ir en persona. Así que pillamos un paquete Habana-Varadero y pallá que nos fuimos.

Lo primero que nos llamó la atención nada más llegar fueron las colas en la aduana, los autobuses chinos y que los responsables de nuestro tour que fueron al aeropuerto a recogernos nos hablaban de la marca de agua Ciego Montero como si nos la estuvieran vendiendo. Luego te das cuenta de que es prácticamente la única marca de agua embotellada, que es la marca nacional y recuerdas que ahí las normas de mercado no funcionan igual.

La primera parada fue la Habana, ciudad realmente impresionante. Nos alegró poder ir antes de que abran la frontera a los turistas yankies, porque seguramente todo cambiará. Vimos mucha gente en la calle sin nada que hacer. Muchos se nos acercaban a hablarnos a y a vendernos la moto con que si había un festival de la salsa y que habíamos tenido mucha suerte con llegar ese día (esto nos lo decían cada mañana, al salir del Habana Libre, nuestro hotel).

A la izquierda se puede ver el pórtico de Chinatown, cosa bastante curiosa, porque hay mas chinos en un McDonalds del centro de Madrid que en todo Chinatown de La Habana.

Y aquí abajo, mi musa con la Catedral a sus espaldas, posando sólo como ella sabe. Cerquita de esta plaza hay varios restaurantes muy ricos, y en la plaza siempre hay mucho personaje tomando el sol y viendo el tiempo pasar.
La desigualdad en Cuba es evidente. Teníamos muchas dudas de cómo funcionaba el sistema, ya que parece ser que los artistas, por ejemplo, son de los que mejor viven. Al revés que en el resto del mundo!

Nos dijeron que los que no trabajan reciben su subsidio mensual de dinerito, comida y alguna cosita más, como tabaco y cerillas. Nos dijeron que había algunas cosas raras como que en La Habana recibían un muslito  de pollo más que en otras partes de Cuba. Era evidente que los locales complementaban su monedero con dinero que sacaban a los turistas de alguna manera creativa.




Las calles están en muy mal estado, y en el casco antiguo se puede ver cómo han conservado muy bien algunos edificios, pero la mayoría están en un estado decayente, que tiene mucho atractivo. Mirar dentro de los portales daba un poco de penita, estaban siempre oscuros (acostumrados a mucha luz en un portal) y sin nada dentro.


Los coches de hace 50 años te dejan con la boca abierta. Sólo en Myanmar he visto coches tan antiguos. La mayoría son taxis. Hay algunos coches y camiones nuevos que vienen de china. No se preocupan ni en quitarles los carteles ni las etiquetas, y los pobres cubanos se quedan con autobuses donde, en vez del destino en la parte frontal, tienen un cartel en chino.


Aqui tenemos a una mecánica nativa inspeccionando una pequeña fuga de pintura


De la comida no nos podemos quejar, pero porque fuimos a restaurantes, o paladares. Hace sólo un par de años quitaron algunas restricciones para que los cubanos puedan abrir sus propios negocios. Uno de los más populares son los restaurantes, o paladares. Hace poco tenía que ser un negocio familiar y los que trabajaban ahí tenían que dormir ahí. Eso ya no es necesario y son como restaurantes normales.

Un día cenamos con unos amigos artistas de Mara (la tía de Mara). Fuimos a un restaurante en toda regla, y ojito a cómo nos pusimos!



Un día pasamos por una "galería de arte" llamada Callejón de Hamel. Es super original y nos dejó alucinando. Aquí os dejo un video cortito.


La segunda parte del viaje fue a Varadero. Nos llevaron en un busito (unas 3 horas y media) a un todo incluido. Nuestros cuerpos necesitaban esas piñas coladas. El hotel no tenía mucho que destacar, pero un día hicimos una excursión a la isla de Cabo Blanco en Catamarán.






La isla tiene todo preparado para que el turista blanquecino se transforme en una gamba borracha. El juego de la foto de abajo consistía en soltar un montón de cangrejos en el centro del círculo. El primero en llegar a una persona haría a esa persona ganar una botella de ron.


Lo siguiente es una dramatización sobre la futura tumba de Fidel, que se supone que sigue vivo!


Aqui mi estrés en esta demoniaca isla que sólo induce al vicio


Y aquí Mara, pasándoselo pipa con los guiris del barco, ya borrachuzos en la vuelta a tierra casi firme.


Y en el capítulo de curiosidades cubanas... no podía faltar el pastor alemán con camiseta y subido a la repisa. El clásico habanero!