13 abril 2008

São Paulo

Destino final del viaje por Brasil. No muy bonito, pero tiene cosas curiosas. Por ejemplo, cuando llegó el bus desde Curitiba, desde que ví la primera casa de las favelas paulistas hasta que llegamos a la estación tardó 1 hora. Unos 18 millones de personas viven en la gran São Paulo.

El domingo fui a Liberdade, barrio japonés. Impresionante. Hay, desde la última temporada de Ultraman (la competencia a los Power Rangers, pero en pobre) hasta estrellas ninja o espadas samurai. Este año se conmemora el centenario de la primera ola de inmigración japonesa a la ciudad, y está bastante animado. Los domingos ponen unos puestecitos en la calle, a lo Rastro. No sé cómo se llaman, pero he comido tempura de gambas y bolinhos de vegetales con zumo de cajá. He reposado una horita y he vuelto a por más. En el segundo round el estómago me ha hecho ruidos raros al mezclar unos boliños de pulpo especiado con el zumo de maracuyá, pero ha merecido la pena. No me he atrevido con las empanadas de dulce de frijoles de la tercera foto :)


Puestos ambulantes de bonsais (hasta en los maleteros de los coches), puestos oficiales de películas pirateadas, artículos incomprendibles en el supermercado, y hasta acarajé bahiano (bolitas fritas de pasta de frijoles en aceite de dendê)



Estuve muy bien acompañado esos días. Organicé una cenita con varias personas que conocía. Fernando, de mi primer día de viaje, Carol (que conocía de Madrid) y su hermana Camila, y Carolina (que conocí en la playa de pipa) y una amiga suya. Una pizza de haute cusine en el Quintal do Braz complementada con una partida de billar (sinuca) de alto nivel.
El último día fui a visitar a Daniele a su pueblo, Campinas, y ponernos al día. Está a unos 100km de São Paulo y tiene 1,4 millones de habitantes (un pueblillo en esas latitudes).



La vuelta a Madrid no ha sido muy traumática, sobre todo porque aún tenía 2 semanas de vacaciones. Y ahora, viéndolo con un poco más de perspectiva, y habiendo contado el viaje 20 veces desde mi llegada hace un par de días, me doy cuenta del viaje que he hecho.



Mucha gente me ha preguntado ¿Cuál es el lugar que más te ha gustado? Difícil respuesta. Pero, por si alguien va por ahí, quizás le sirva de algo esta: creo que han sido 4 o 5 pueblecitos , distribuidos por el nordeste del país: Morro de São Paulo, Itacaré, Pipa, Jericoacoara y Fernando de Noronha (aquí, las mejores playas).
De los lugares más turísticos sólo me quedó Rio (ahora mismo sumida en una epidemia de dengue). Creo que aprovecharé unas vacaciones futuras (en las que no haya que perder el empleo) para visitarlo.

Próximo destino: Dublín :)

08 abril 2008

Florianópolis y Curitiba

Llegué a Florianópolis (Floripa, como lo llaman por aquí) sabiendo que es tierra de surferos, que el agua está fría y que está llena de Argentinos en temporada alta. Por suerte, ahora es temporada baja, y no hay muchos turistas. El agua empieza a enfriarse (en la parte sur de la isla es como agua del deshielo, donde no sientes la parte del cuerpo que está bajo el agua) en esta época, y las frutas se parecen más a las de Europa, tristemente. Aún así, descubrí LA CASA DE LOS SUCOS, con 193 zumos diferentes, hechos a partir de combinaciones de 35 frutas y verduras diferentes.

Por 1 euro, te daban un vaso de 400ml. Por 1,5 euros, 900ml. Por supuesto, pedi el suco de la casa: butiá (del que nunca había oído hablar hasta ese momento) con naranja. Una delicia. Ojito con la foto que hice del menú.

Me quedé el fin de semana en casa de Fernando, un tío de lo más majo. Lo conocí cuando vino a visitar a Mya, en Madrid. Al dia siguiente de llegar había preparado un churrasco en su casa, con piscina, mesa de ping pong y billar incluidos. Conocí a sus colegas y por fin, practiqué un poco de portugués del bueno. Un éxito.


Esa misma noche salimos de fiesta. Fue un poco raro para mí ir a un baile de gradución de derecho, pero me dijeron que aquí es muy normal. Fernando me dejó una camisa, pantalón y zapatos. Iba bastante guarro comparado con el resto del personal, de corbata por lo menos.

Nos pusimos a pedir invitaciones en la puerta de la fiesta, para pasar gratis. Compramos un par baratillas y las otras nos las dieron por el morro. En el interior una amalgama de gente super arreglada, chicas muy guapas y concierto hasta las 5 de la mañana.

A la mañana siguiente, domingo, nos juntamos unos amigos de Fernando y un par de chicas alemanas que estaban en casa de uno de ellos, por medio de hospitality club (el que no sepa lo qué es... google!). Fuimos a la famosa playa do Mole a pasar la tarde.





Esa noche me quedé en el albergue de barra da lagoa, que está más cerca de las playas. Estaba lleno de australianos e ingleses, y, el resto, no tuvo más remedio que hacerse el anglófono. Muy buen ambiente y buenas cenas. Un churrasco para empezar y una feijoada para terminar :)


Aqui podéis ver la zona, entre el lago y el mar. Si tuviera que elegir un lugar en Brasil para vivir, sería este. El nivel de vida es el mejor que he visto, la gente parece muy feliz, y el clima es muy bueno. Refresca un poquito en invierno, pero es una pequeña isla brasileña, no puede ser demasiado!
Hice unas caminatas muy bonitas por el sur de la isla, que llevaban a la playa de lagoinha do leste, una maravilla.
He visto 2 pobres en el centro de la ciudad... creo que en Teruel hay bastantes más.





El miércoles me fui a Curitiba, capital de Paraná. Casi 1 millón y medio de personas viven en esa ciudad. Se deja ver, sobre todo porque hay un bus turístico que te lleva a los lugares más intereantes. El albergue estaba bastante muerto, hasta que llegó Aldo, un "Gabi" mexicano. Pillamos un tren turístico que te lleva por las montañas, hasta un pueblo llamado Morretes. Mi plan era dar una vuelta por el pueblo, comer un "barreado", el plato típico de la zona y volver. Al llegar, Aldo vió una postal con gente en flotadores en el río. Al rato estábamos probándonos bañadores en una tienda (la dueña de la tienda le dió el número de su hija, para que quedaran), y comprando una neverita de corcho, hielos y cervezas. Éramos un francés, Aldo, la nevera flotante y yo bajando el río. Después de un par de horas viendo preciosos paisajes selváticos desde el río con los flotadores, fuimos a tomar nuestro merecido barreado con su obligada caipirinha :)
Aqui tenéis el jardín botánico (palacio de cristal), el barreado, el museo Oscar Niemeyer...


Próximas paradas: São Paulo -> Madrid... snif