29 marzo 2020

Comida de Sri Lanka

No se puede decir que la comida nos dé exactamente igual cuando viajamos. Faltaba el post para probar esto 😅 La comida de Sri Lanka tiene similitudes con la comida del sur de la India y muchos platos propios del país.

Aquí está nuestra primera cena en Kandy en un restaurante de dosas, típicas del sur de la India. Vienen acompañadas de dhal (que no falla en ninguna comida y que está buenísimo), un par de curries y de coconut sambol. Acompañamos las dosas con unos entrantes que se llaman vade, en este caso hay uno de dahl y el otro no recordamos. Durante nuestro viaje, a la hora de comer solíamos tomar samosas y vade.

Cononut sambol, vade y fritura de dhal Kandy


Dosa en Kandy
Entre los curries que comimos durante nuestro viaje, algunos de los más típicos son el de calabaza (en una calabaza verde y se prepara sin pelar), el de berenjena  y el de jackfruit. Siempre venían acompañados de arroz y dhal.

Curry de calabaza y de berenjena, Sigiriya



Precioso dhal y curry de berenjena, Mirissa



Otra comida muy típica de Sri Lanka es el roti. El roti es una especie de torta de pan que acompaña a las comidas. El Kottu roti es roti cortado en tiritas, salteado con verduras, a veces pollo o incluso atún. Como veis en la foto, el plato principal siempre viene acompañado de dhal y, este día, de un picadillo de chile también.
Kottu roti en Sigiriya

Roti con aguacate en Mirissa
Otro plato que comimos mucho son noodles fritos con verdudas. Este que comimos en Dambulla venía acompañado de dhal y frutas.

Vegetable fried noodles con dhal, en Dambulla
Yair se coló en la cocina del hostal y se hizo amigo de la familia que nos estaba haciendo una cena muy rica de curry de berenjenas, de judías verdes, patata y dhal. 

Currie de judías verdes, berenjena y dhal, Dambulla

En Ella, fuimos al restaurante Ceylon Tea Factory y tomamos una de nuestras mejores comidas en Sri Lanka.   
Lamb and prawn curry. Ceylon Tea Factory, Ella
En Galle,  en un hotel de lujamen, comimos un biryanique venía dentro de una hoja de plátano

Biryani en Galle
En nuestra última comida antes de coger el avión a Maldivas, nos comimos unos cangrejiños fritos. 

Cangrejos fritos, en Negombo


Curso de cocina en Ella

En ella hicimos un curso de cocina con Priya, una señora muy simpática. Nos enseñó a hacer un montón de curries, coconut roti y al final nos los comimos todos. ¡Fue guay!








Desayunos

En el viaje, caminábamos mucho todos los días, así que tomábamos desayunos de campeones. Sri Lanka tiene varios platos típicos para el desayuno. El pan que parece un cuenco se llama hoppers y siempre vienen con huevo que puede ser frito o en tortilla. También el desayuno incluía siempre pani pol o tortitas de leche de coco y frutas variadas. A veces también tomamos dhal en el desayuno. 

Sigiriya

String hoppers, coconut sambol y dhal. Batticaloa

Sweet rice, pani pol y chile dambol, Ella



Desayuno occidental en Galle

Snacks

Vale la pena recordar estos increíbles boles de smoothie que nos tomamos en una cafetería que un australiano y una brasileña habían abierto al lado de la playa. Era un sitio súper turístico pero estaba muy ricos. 

Smoothie bowls en Arugam Bay

Y por supuesto zumitos todo el día y a todas horas!








12 enero 2020

Centro y sur de Sri Lanka

Después de mucho sol y calor en las playitas de Arugam Bay, Batticaloa y Trincomalee, nos hemos venido a pasar tres días a Ella, en las montañas, donde se está mucho más fresquito. Seguramente por eso, los ingleses eligieron esta zona para instalarse y montar sus plantaciones de té. Ella tiene un paisaje verdísimo y con colinas cubiertas de plantas de té. Aquí tenéis el famoso puente de los Nine Arch Bridge.





Cuando los británicos estuvieron en Sri Lanka construyeron las vías del tren. No se han construido nuevas líneas hasta hoy (se supone que este año se podrá usar el nuevo tramo). Aquí, la estación de Happutale, un pueblecito en medio de las montañas al que fuimos a pasar el rato. La gente camina por las vías para ir de un sitio a otro. Y una dentro del tren.


Ella, es muy turística y hay muchos alojamientos. Nos quedamos en una guesthouse que estaba muy bien. Aquí la prueba del estrés de Mara esos días. También fue uno de esos momentos donde se puede cortar uno el pelo con tranquilidad!



En nuestra caminata a Little Adam´s Peak, conocimos a estas señoras que recogen la hojas de té y Mara les dió una lección. Hubo algún momento difícil, pero tenía que aprovechar. También aprendimos mucho de la peligrosa relación entre los drones y las abejas...




En la fábrica de té negro Uva Halpewatte Tea Factory nos explicaron que la producción de té es un negocio muy femenino puesto que las recolectoras siempre son mujeres y necesitan recoger al menos 15kg de hojas de té diarios para ganarse un sueldo, pero que algunas recogen mucho más (y eso que sólo recogen las puntas tiernas de la planta) Aprendimos el proceso de producción de té y cómo producen el que cumple el estándard de exportación y el resto se lo quedan para consumo local.


Como no podía ser menos en Ella, fuimos a uno de los muchos cursos de cocina; en este caso, al curso de Priya. Estuvo muy bien, aunque a ratos sin luz, pero hicimos dahl, curry de calabaza, de piña, de remolacha, de judía verde, sambol de coco, y lo acompañamos con rotti de coco, popodams y arroz. Lo hicimos muy bien porque nos quedó una cena deliciosa y la experiencia fue muy buena. Aquí abajo la cocinera jefa limpiando un coco para sacar la leche de coco con la típica máquina que tenemos todos en la cocina.



Antes de terminar la sección de Ella, un consejo: si te quedas a dormir, que sea lejitos del templo, que se ponen a rezar a horas intempestuosas y con el altavoz a tope!

De Ella nos fuimos a un pueblo al sur llamado Tissamaharama (Tissa) que nos serviría de base para visitar el parque nacional de Yala y la meca religiosa hinduista de Kataragama. Nuestro hotelito en Tissa era bastante rural, de hecho Mara tuvo algún encontronazo con bueyes de agua. Y en la visita a Kataragama, nos perdimos por poco una festividad muy bonita (se llama el día Poya) pero pudimos ver este elefante, que nos hablaba.











Hicimos un safari por Yala que valió mucho la pena. Son muchas horas de jeep y te levantas muy prontito (como a las 4 de la mañana) para estar en la puerta ya cuando abren, a las 6. Vimos bastantes animalitos como bueyes, cocodrilos, gacelas, mongooses (que no sé cómo se dirá en espanish), elefantes y el highlight que todos buscan, el leopardo. Aquí lo tenéis, subiendo a un arbol. Lo más curioso son los agolpamientos que se producen entre todos los jeeps cuando se ve un leopardo. Este es el atasco del momento.















Y aquí un elefantito bebiendo agua


Después del duro día de safari, necesitábamos algo diferente, algo como... playita. Así que nos fuimos al sur, por donde decían que pasaba el monzón. Este es el bus (y nuestras maletas) en el que nos fuimos a Mirissa, un agradable pueblecito playero.


Como se puede ver en la foto, no eran los días más soleados del viaje, pero a pesar de algunas lluvias, pudimos disfrutar de la playa y de los murciélagos más grandes que habíamos visto en nuestras vidas. Im-presionantes! 


Y desupés de recuperar el tono playero decidimos hacer una parada en Galle, una antigua ciudad colonial, holandesa y británica que tiene el casco histórico rodeado de mar y una muralla. La zona es muy bonita y está todo decorado para que los turistas no escapen. Las tienditas de souvenir no faltan y hay muy buenos restaurantes que los locales no se pueden permitir. 


En Galle decidimos darnos un lujo con el hotel. Vimos un descuento en el hotel Le Grand Galle y payá que nos fuimos. Aquí las pruebas





El desayuno espléndido y la taza de váter japonesa que se abría sola y tenía ruiditos, puntos extra. Después de 3 días, ya estaba terminando el viaje srilankés, tocaba volver al aeropuerto y lo hicimos en tren, que decían que merecía la pena el viaje. Ya os puedo decir que, aparte de ir las 3 horas y media de pie, el viaje en tren no merece la pena. Cosas que se aprenden viajando :)


Pasamos de puntillas por Colombo porque nos quedamos a dormir en Negombo, donde está el aeropuerto. Parece ser que Colombo no es la ciudad más agradable para dormir, pero ya os podemos decir que Negombo tampoco! De todas formas, ya teníamos la mente en el siguiente destino... Maldivas!

06 enero 2020

Este de Sri Lanka


Llegamos a Trincomale un día muy caluroso. Entramos en nuestras cabañitas al lado del mar y nos dicen que no hay electricidad, que a lo mejor vuelve a mediodía. Lo malo de no tener electricidad es no tener AC. Casi nos morimos a la hora de comer, pero con un poco de abanico a mano alzada, sobrevivimos y nos echamos una siesta.

El este del país es bastante más caliente y húmedo, llegando a los 38-39 grados algunos días y poquita lluvia. Trinco no tiene mucho que ver, pero sí que tiene unas buenas playas. Aquí vemos a Marilla con unas vacas espontáneas en el fondo.


En la playa se ven sobre todo pescadores y sus barcas. Pasamos también por el Fernando's bar, el sitio de moda en la playa donde están los extranjeros. Es muy agradable y merece la pena. Además, como son musulmanes en la zona del este, aquí es uno de los pocos sitios donde te puedes tomar una cerveza fresquita.



Hay un templo muy bonito que está cerca de la ciudad de Trinco, en un cabo con acantilado. Tiene unas vistas muy buenas y era el primer templo hindi que vimos en nuestro viaje. Al salir, un rebañito de ciervos nos pedía comida. Increíble, pero mi cutre sombrero de paja no les contentó!













Tras 3 días era ya el momento de ir hacia el sur. Queríamos continuar el plan de playa y decidimos ir Arugam Bay, pero el viaje era largo, así que hicimos noche en Batticaloa. Ahí es donde la familia de nuestra amiga Sheila tiene un orfanato, lástima que este verano ella no pudo venir.

La ciudad es probablemente la más grande de la costa este y tiene mucha gente y tráfico, pero no tiene mucho que visitar. Sin embargo, nuestro hostal estaba muy chulo. Tenía una pisci muy molona entre palmeras.



Dimos un paseo a la playa y nos encontramos con este templo tumbado por el tsunami del 2003. Lo conservan así como monumento en recuerdo a lo ocurrido. El otro es un templo que se hundió por el tsunami también. Todo el frontal del templo se desprendió del resto del edificio que se ve en blanco al fondo. Nos lo muestra la musa Mara.




Estuvimos 3 días en Arugam Bay. Es otro pueblillo de playa, esta vez súper turístico, especialmente para surferos. Hace unos años era un pueblo pesquero en el lado menos turístico de la isla. Unos hippies surfistas lo hicieron famoso debido a que hay un punto donde la ola rompe de derecha a izquierda y eso lo hace especial.


Ahora consiste en una calle principal con restaurantes y tienditas a los dos lados y después hostales para los viajeros.




Allí nos paseamos por la playa y dimos una clase de surf con el que resultó ser el campeón nacional de surf! En su tuk tuk nos despedimos de las chanclas de Yair para siempre, porque se bajó descalzo y nos dimos cuenta ya de vuelta en el hotel 


Después de unos días allí, nos hacía falta un poco de fresco, así que emprendimos el viaje a Ella, En las montañas, para comenzar la última etapa del viaje.