06 julio 2010

La guerra de Vietnam

Vietnam, señores!

Tras los duros días camboyanos, nos despedimos de David, que tenía que volver a Europa a la triste vida del trabajador. Nosotros llegamos por barco a Chau Doc, casi en la frontera. Tras hacer los trámites de pasaporte, empezamos a ver todo un poco diferente. Llegamos al delta del Mekong, donde estuvimos varios días, viendo riachuelos llenos de búfalos de agua, gente bañándose, casas flotantes y piscifactorías caseras.



Hicimos algún tour entre los pueblecitos del sur, para ir en barco y ver los afluentes del río y a sus habitantes. La verdad es que la manera en la que viven es espectacular. ¿Qué sentido tiene un perro en una casa así? ¿Y dos? Supongo que protegerán su pequeño territorio... Aquí podeis ver cómo tienden la ropa en una minibarca y hasta una gasolinera flotante!



Los pueblos de Can Tho, Tra Vinh y My Tho son muy interesantes. En Tra Vinh parecía que éramos los primeros guiris en la historia en llegar. No conseguimos ver ni un restaurante que no fuera de comida comarcal! Aquí tenéis a una local que se bajó de la moto y compra unas frutas con el traje típico antes de volver a motorizarse. Parece que va en pijama. Y a la derecha, los tres incautos intentando volcar una barca sin seguro.




Estábamos un poco cansados de coger el macuto todos los días para cambiar de pueblo, así que llegamos a Ho Chi Min (Saigon) para descansar. Descubrimos el mundo pirata de las series, camisetas, lonely planet y gafas de sol, ligeramente diferente del de Bangkok, pero aún más barato! Fuimos al museo de la guerra, donde aprendimos mucho de la historia del último siglo en este país. Altamente recomendable.



En esa ciudad Nacho se fue un poquito más rápido hacia el norte, porque su calendario era más apretado. Y al poquito me fui con Eli también hacia Hanoi, aunque más despacito. Me separé de Lechu y Vicci, después de haber pasado un viaje inolvidable con ellos... snif! Cogimos Eli y yo un trenecito para culos duros hacia Nha Trang. Descubrimos que los guiris siempre van en primera porque es más cómodo, no sólo porque vale un poco más. Aquí una fotito de cómo se las gastan por aquí las familias para tetrisear en la siesta... vaya infierno de 8 horas!



En Nha Trang compré mi billete de vuelta a Spain. La factura más alta jamás pagada: 17 millones de dongs! Tenía una buena playa y restaurantes ricos, aunque lo más destacable fue que hicimos submarinismo por primera vez. Una sensación muy rara, pero se nos dio bien, además el profe-irlandés-loco ayudó lo suyo :)



Con la lección aprendida, nos cogimos un tren-cama. Nos tocó dormir en el tercer piso, mientras el del primero pelaba un huevo duro que parecía podrido hace mil años. Este es el momento romántico en el que nos íbamos a dormir con toda la peste mientras Eli me decía que en su 'cama' había un moco del tamaño de Asia!


Llegamos a Hoi An, un pueblecito precioso y muy recomendable. Se come muy bien, tiene playa (aunque no la vimos) y la gente es muy amable. Además bebimos la cerveza fresca (Bia Hoi) más barata del mundo: 13 céntimos de euro! Es cerveza del día, sin pasteurizar. Lo que sobra esa noche se tira!




Lo malo es que está demasiado orientada al turismo. La mitad de las tiendas son de zapatos y la otra mitad de sastres. Por supuesto nos hicimos unos trajes a medida. Aprovechad, que no se nos suele ver de esta guisa



El bus más largo del mundo (17 horas) era bus-cama y nos llevó a la capital, al norte del país. El tamaño siempre es un problema en estos lares, pero en un bus-cama eso se nota MUCHO. Los pies no nos cabían muy bien, y llegamos a Hanoi casi sin dormir




Hanoi es una ciudad interesante. El centro tiene heredadas las calles y los edificios de la época colonizadora de los franceses. El tráfico es una verdadera locura, pero esto es así en todo el país, así que ya íbamos entrenados. Ojito a la foto en un cruce cualquiera. Y al lado la catedral de Notre Dame, cuando los nenes salen del cole y hay mil motos de sus padres esperando en fila. Qué disciplina!




El viaje llegaba a su fin, y había que terminarlo con un sitio precioso: la bahía de Halong. A pesar de ser el lugar más turístico del país, merece la pena ir a verlo. Suelen meterte en un barco 2 o 3 días para navegar por las aguas de la bahía, entre los más de 2000 islotes de piedra caliza que salen del agua como champiñones


El primer día nos dieron un paseíto y nos dejaron dar una vuelta en kayak. Dormimos en el barco y al día siguiente nos dejaron en la islita de Cat Ba. Es pequeña, pero suficiente para un trekking por las montañas de parque jurásico y para ver la playita.


Y llegó el momento de volver a casa... a beber agua del grifo, pagar para entrar en las discotecas, comer queso manchego y ver caras conocidas... todo será diferente. ¿Todo?

18 mayo 2010

Comida camboyana y vietnamita... AAAAAARRRROZ!


Como supondréis, la comida por aquí sigue basándose en el preciado granito blanco. No sé muy bien quién fue el descubridor del arroz, pero si lo hubera patentado, dormiría en una montaña de billetes bañados en oro. Y sobre los 'noodles', más de lo mismo. Hasta comen un montón de noodles de arroz! Se puede hablar durante horas sobre las diferencias entre spaguetti y noodles, como hicimos Lechu y yo, pero os lo ahorraré :)
Aquí tenéis wonton del delta del Mekong y white rose vietnamita para abrir boca.




Por Camboya se come mucho pescado (con arroz, always), fresco, seco (asquito) o salado. Siempre me han olido muy mal los calamares secos de los puestecitos (foto), pero descubrimos una receta rica rica en este país: el amok (estofado con leche de coco). Otro descubrimiento camboyano es la ternera 'loc lac', con un montón de pimienta, ajo y sal. A la dcha tenéis un plato típico de Hoi An (Vietnam), el cao lau.



Otra delicia de camboya es la pimienta. Es curioso como, algo que comemos todos los días, nos sorprende al verlo en racimos en la planta en la que crece. Probé un grano de semilla de pimienta verde (picantito!), otro rojo y otro negro. Comprobamos lo bien que le va a las tortillas francesas y nos llevamos cada uno un saquito. Aquí, la musa Eli, posando cual modelo de estudio. Al lado, bánh bao, hechos al vapor y normalmente dulces y vegetarianos por esta zona.



Por primera vez en el viaje vimos ir y venir barras de pan. Parece una tontería, pero después de 5 meses, ya era hora de poder acompañar bien una comida o hacernos un buen bocata, no? Algo habrá que agradecerles a los colonizadores franceses! Ah, y eso de separar el picante de la comida también puede que lo aprendieran de ellos... muy útil para extranjeros!


Lo que no pudieron conseguir los gabachos fue erradicar la costumbre indochina de desayunar lo mismo que comen o cenan. Para mi fue un shock desayunar sopa de noodles hierbas insaboras e intestinos, pero alguna vez habría que probarlo, no? Eso sí, no he visto a nadie desayunar cosas dulces, como la gelatina chunga de colores (izda). El café sí que se estila por ahí, y en Vietnam parece que es de mucho nivel. Esta es una cafetera de ahí, en la que están haciendo un bombón, mientras gotea lentamente el agua (no apto para los que llegan tarde al curro).



Aquí unos intestinos ricos... y para que veáis cómo son los menús por ahí, tenemos uno normal y otro exótico. Vaya precios, no? Menos mal que siempre encuentras algo que se adapta más a tus gustos, como las crêpes vietnamitas: bánh xèo.



Y su poquito de comida callejera no podía faltar! Aquí tenéis montañas de pescado chungo en un mercado. A la derecha, una especie de menestra de medusas o algo así (no tengo NI IDEA de lo que es). Debajo, unos trocitos de cerdo sobre fideos de arroz y unas ancas de rana con cebolleta, ñam!



Y para terminar, un poquito de arroz, claro! Aqui, presentado en claypot, que es un recipiente de cerámica y con cilantro, bastante usado por ahí. Y la cervecita de Vietnam, que es la más barata del mundo. Medio euro aprox... pero si pides cerveza fresca (del día y sin pasteurizar), te puede salir la jarra por 13 centimos!


Próxima y última parada... Vietnam!

02 mayo 2010

Camboya, por fin, visitas esperadas

Camboya es un pais bastante desconocido. Entre la turistica Tailandia y el famoso Vietnam, este pais pequeñito se esta recuperando de una guerra civil de lo mas duro. Pero que tiene este país de novedoso? Pues que llegaron las visitas! Aquí tienemos a los tres, esforzándose duramente en la playa de una pequeña isla del sur del pais. Los suertudos son David Moldes, Eli y Nacho. Moldes solo vino a ver si estabamos vivos una semana, Nacho estara por Camboya y Vietnam durante 3 semanas y Eli un mesecito... viva!

Lo primero que hicimos fue recogerlos en Phnom Penh, la capital, y tomarnos una happy pizza con ellos. No dare muchos detalles, porque esta parte es de lo mas subjetivo que habremos vivido, pero dire que la pizza estaba rica y que aquí teneis su aspecto. Gran momento en nuestras vidas... NO COMMENT!


Y despues de la novatada que nos gastamos a nosotros mismos, directos a Siem Reap, para ver los templos. El complejo de Angkor Wat es uno de los mas famosos del mundo. Tiene unos mil años y en total abarca unos 400km cuadrados! Es bastante impresionante ver como los árboles meten sus raices hasta el fondo en la roca, con una arquitectura que solo se ve por aqui, y que domino en todo el reinado de Angkor, que abarcó tambien parte de Tailandia.



Pillamos un tuc tuc durante todo el dia, que nos llevó a ver los templos, que tiene zonas bastante separadas entre sí. La temperatura es bastante dura en la zona. No paras de sudar ni mientras duermes! Nos entretuvimos con unos elefantes y comimos en un chiringuito local, haciendo amigos locales, como siempre.



Cuando se ponía el sol, había que ir a un templo (porque así lo manda la Lonely Planet, biblia de los viajeros) y hacer fotos. Bueno, pues yo me sente de espaldas al sol con una cerve para contemplar el espectaculo (casi como en la pasarela Cibeles) de los fotografos de todo tipo dándose codazos para conseguir la mejor foto, y eso que esa puesta de sol era de lo más normalito. En uno de los templos fuimos testigos de un terrible accidente: un chaval de unos 13 años empujó una columna con la mala suerte de que se cayó todita y se rompió. Aqui tenemos el momento en el que Eli cuenta los años de cárcel que le echaran al pobre... estaba temblando!



De Siem Reap nos fuimos corriendo a Sianoukville, al sur. Es una ciudad con playita, que es lo que necesitábamos todos para ir cogiendo color. El albergue muy bien puesto y con marcha en los bares de la playa. Ahí nos dimos un buen atracon con el queso y el vino que nos trajeron nuestros invitados, que rico!



Después de un par de días, de mesusas y de erizos de mar, nos fuimos a Kampot, un pueblecito cercano, para ver una Camboya menos turística. Bonito pueblo, aunque con poca cosa que ver. Comimos super bien y dimos unas vueltas por plantaciones de pimienta y salinas.




Y antes de salir del país, volvimos a la capi para poder apreciar un poco más la vida local. Poco que ver en la capital más que perros rosa y tuc tucs ecológicos.



Pasando de hacernos los culturetas, pero habrá que decir algo del país, no? Este pequeño país sufrió una terrible guerra civil hace sólo 30 años. Un tío llamado Pol Pot, líder de los jemeres rojos, que llegó al gobierno después de esa guerra se llevó a todos los camboyanos a trabajar al campo, se volvió loco y decidió exterminarlos. El país perdió una cuarta parte de su población (que era en ese momento de 8 millones) en los 5 años que duró el genocidio. Estuvimos de visita en la prisión S21, un ex-colegio que se convirtió en centro de retención, tortura y ejecución de unos 20 mil camboyanos. El guía era un hombre que de joven estuvo trabajando como esclavo en el campo, mientras mataraban a sus compatriotas. En 1979 Vietnam invadió el país y acabó con el régimen.


Y Lechu? Tranquilos, estaba con nosotros, y saldrá en el próximo capítulo, pero es que ha salido tantas veces... :p

Próximo destino... Vietnam!