Sucos

Una de las sorpresas más agradables e inesperadas de este país han sido los sucos (o zumos). La variedad de frutas es increíble y da lugar a zumos muy diferentes, que merecen un post.

Yo creía que los había probado todos, cuando antes de ayer llegué a un barecillo que tenía una larga lista en la carta. En la foto podéis ver unos 30 zumos diferentes. Tiene buena pinta el de tomate, naranja y remolacha, aunque no lo probé. Y que conste que algunos como el de banana y papaya están en la zona de milkshakes.

Algunas traducciones:

Abacaxi: piña. Ameixa: ciruela. Melancia: sandía. Tangerina: mandarina. Pinha: chirimoya (aunque parezca un poco raro). Beterraba: remolacha. Y las demás, o se traducen solas, o no tienen traducción. Bueno, creo que vi en el supermercado una traducción de açaí por ¨surinam cherry¨, pero no creo que eso os diga mucho. Yo ayer, por primera vez, fui al super a comprar pulpa de umbú para hacerme el batido en el albergue.
Mis preferidos son seriguela y cacau (que, a pesar de su nombre, es un zumo blanco, porque no usa las semillas, sino la pulpa de la fruta).

Luego hay un montón de frutas o verduras que no sirven para sucos pero que están muy buenas: jaca (aunque cansa bastante rápido), fruta de pão, laranja-pera (esta es un poco rara), maracujá verde (es una maracuyá dulce), y muchas más que no recuerdo por sus nombres indígenas...

Actualización: he pillado algunos nombres de frutas del supermercado. Ojito: Inga, jenipapo, cidra, pitomba, jambo, cajarana, jamelão, carambola, maxixe, atemória... Y los zumos en tetra brick también son un poco diferentes, por ejemplo el de la fruta del anacardo (cajú) con soja!

Ah, probé el helado de cacahuete cuando estaba con Leti, pero aún me falta el helado de trigo. Por cierto, si venís a visitarme ya os digo que el cuscús de aquí no es mu bueno. No tiene nada que ver con el que conocemos por esas partes del mundo. Y del risotto ya ni hablemos :)

Por cierto, siempre se me olvida contar el triunfo de los restaurantes por kilo. Son como un buffet en el que al final, cuando te has llenado el plato, lo pesan y eso es lo que pagas. Así, el que come poco paga menos, y no hay que reventarse el estómago sólo para darnos la impresión de que hemos amortizado el precio, aunque yo lo hago igual :)